Una chica joven, de apenas 20 años, sonríe orgullosa ante la cámara con unas llaves en la mano. Es una foto que podemos encontrar en su cuenta de Twitter, abierta a todo el mundo, por cierto. La chica, una australiana de hermosa cabellera oscura y mirada pícara, agradece en su mensaje a los seguidores de Onlyfans su apoyo. Gracias a lo que ha ganado en apenas unos meses en la plataforma ha podido comprarse una casa, algo impensable en cualquier trabajo “normal”. El caso de esta joven australiana podría parecer único, una excepción de éxito desaforado entre tantas y tantas cuentas de Onlyfans. Sin embargo, esta plataforma ha cambiado las reglas del juego del sexo en Internet tan rápido que todavía no somos conscientes de su verdadero impacto. Aun hay muchos hombres, normalmente ya en edad avanzada, que siguen consumiendo pornografía a la manera “tradicional” de Internet, en vídeos y plataformas. El día que se topan con una página donde la vecinita de al lado se muestra por completo ante nosotros, e incluso nos ofrece interacciones por el chat, su visión del porno pasa a un nuevo nivel.
Y es que eso es justo lo que ha traído Onlyfans a la industria, una nueva forma de hacer las cosas, diferente a todo lo que conocíamos hasta ahora. Porque hasta hace poco, el porno se grababa en una localización cualquiera, se editaba y se subía a Internet. No hace tanto de que las cosas comenzaron a ser así, porque antes había que buscar esas películas en DVDs o incluso cintas de VHS en los videoclubs. Internet ha acercado el porno a todo el mundo, y esto también ha traído un aumento en el número de personas interesadas en el tema. O al menos, una mejor accesibilidad a este tipo de contenidos, por parte de un público mucho más amplio. Hoy en día cualquier puede disfrutar de una escena porno allá donde esté con solo buscarla en su teléfono móvil. Tal vez por eso, por tenerlo todo a nuestro alcance, nuestra generación necesita de nuevos estímulos, opciones que nos permitan ir más allá. En una industria acostumbrada al cambio constante, Onlyfans ha sido solo una nueva revolución, aunque no la última. Una forma de adaptarse a los tiempos y hablarle directamente al consumidor, para que se sienta parte de la experiencia, más allá de solo mirar.
Una nueva plataforma
Onlyfans surge en el año 2015, en aquella oleada que se vivió en su momento con las plataformas de micromecenazgo. La idea era muy sencilla, y muchos otros sitios como Patreon o Verkami ya la llevaban utilizando un tiempo. El creador de contenido ofrecía algo especial a los seguidores, que a través de una suscripción, tenían acceso a todo ese contenido exclusivo. Era una idea brillante para los pequeños creadores que pretendían ganar más dinero con sus obras, pero también para grupos más grandes, que querían dejar de depender de discográficas y compañías para tener el control absoluto de sus creaciones. Onlyfans pronto comenzó a virar hacia un tema que solía estar vetado en las otras plataformas: el sexo. Es así como muchas chicas jóvenes comenzaron a abrirse cuentas en este sitio, ofreciendo fotos y vídeos morbosos a cambio de esas suscripciones.
Contenido erótico directo al consumidor
El éxito de la plataforma fue inmediato porque llenó un hueco que existía en la industria del porno, el de atrevernos a dar al cliente lo que realmente pide. Fotografías y videos exclusivos y muy íntimos, en muchos casos con calidad amateur, algo que conectaba directamente con los seguidores. Estas chicas ya no eran imponentes pornstars supermquilladas haciendo una escena con un compañero ante un equipo profesional de vídeo. Eran jóvenes que podían vivir en tu misma ciudad, incluso en tu mismo edificio, y que solo querían sacar partido de su morbo, de su sensualidad. Desde las fotos más inocentes hasta las más explícitas, desde chicas que se centran en el ASMR erótica a aquellas modelos eróticas que suben vídeos teniendo relaciones completas, en Onlyfans cabe todo.
Tal ha sido el triunfo de la plataforma que incluso el porno tradicional se ha tenido que rendir a sus pies. Muchas actrices han terminado abriéndose su cuenta en Onlyfans para tener más presencia en esta red social y ofrecer contenido exclusivo a sus fans. Con lo que ganan, que pueden ser incluso miles de dólares al mes, tienen un colchón de seguridad ante la inestabilidad del sector del porno. Además, han logrado tener mayor independencia y un control absoluto sobre lo que desean mostrar, al menos en esta parte de su trabajo. Los consumidores están encantados porque Onlyfans no es solo un sitio porno más. Es una oportunidad para conocer a esas chicas de forma más íntima, hablar con ellas, incluso disfrutar de videollamadas privadas, siempre que no tengamos problema en pagar.
Un reto para la industria
¿Qué supone esto para la industria tradicional del porno? Un reto, eso sin duda, desde el momento en que las creadores de contenido pueden tener una relación directa con los consumidores, sin intermediarios. Esto significa que las productoras han dejado de ser tan determinantes, algo parecido a lo que ha pasado con las discográficas en el mundo de la música. Los artistas ya pueden lanzar sus canciones en Internet, e incluso vivir de ellas y de los conciertos, sin sacar discos. Las discográficas solo tienen ahora el poder de exposición, lo mismo que las productoras. Si quieres conseguir más fans, trabajar para Brazzers, por ejemplo, es una forma perfecta de lograrlo.
Acostumbrados a reinventarse cada poco tiempo, los grandes tótems del porno están adaptándose a esta nueva realidad. Onlyfans puede ser el “enemigo”, pero también una oportunidad para cambiar las cosas. Igual que Spotify o Netflix, esta plataforma ha demostrado que la gente sí que puede pagar por obtener un contenido de calidad. La era en la que todo parecía ser gratis en Internet, con barra libre de descargas ilegales, ya ha quedado atrás. Las industrias del entretenimiento se han adaptado a la situación, y el porno debe hacer lo mismo, si no quiere quedarse atrás para siempre. De hecho, muchas productoras ya han tanteado a las chicas que trabajan desde Onlyfans para ofrecerles contratos para protagonizar escenas bien rodadas. Al final, este reto se puede convertir también en una buena oportunidad.
¿Cuál es el futuro del porno?
Las tecnologías han llevado al porno a una situación nunca antes vista en estos últimos años. Hoy se consume mucho más porno que nunca en la historia, gracias a lo fácil que es acceder al contenido para adultos a través de Internet. Sin embargo, las revoluciones se siguen dando, y no nos podemos quedar solamente con el caso de Onyfans. El gusto del consumidor va cambiando a pasos agigantados hacia algo más personalizado, más exclusivo, algo que sí que merezca la pena que se pague por ello. La industria está entendiendo la situación y tratando de adaptarse lo mejor posible, con un porno que abraza la tecnología para ofrecer experiencias más personalizadas a los usuarios, como si cada uno tuviera el poder de elegir la escena, la actriz y el tipo de encuentro que quiere ver.